DOS DÍAS EN GRANADA
Hola!
Hoy os voy a contar nuestra corta pero intensa estancia en Granada a finales de Junio, pero con Sierra Nevada haciendo honor a su nombre, nevada!
Nos quedamos en el Camping Granada, a 10 minutos del centro en vehículo o con buenas comunicaciones en transporte público. El Camping es sencillo pero muy tranquilo y con unas vistas maravillosas de la Vega, la Ciudad y Sierra Nevada. La temperatura por la noche baja y se duerme muy bien.
Tiene una piscina muy limpia y el césped arreglado, es una gozada después de un día de turismo y calor. Las parcelas son amplias y están cuidadas, nosotros pudimos elegir entre las que quedaban libres. El parque infantil está bastante anticuado pero las peques lo pasaron bien porque para ellas era "novedoso". El supermercado vale para algo puntual, leche, aceite, sal, azúcar, etc. El pan hay que encargarlo el día anterior en recepción. El bar-restaurante está bien para tomar algo, nosotros fuimos a cenar un día y no es ninguna maravilla pero aplacamos el hambre tras un día agotador. Los baños estaban limpios, pero hay que tener en cuenta que el papel higiénico está en dos dispensadores, uno a la entrada y otro al final, si entras al baño sin papel, dentro no hay. La temperatura del agua de las duchas muy buena.
Es un Camping familiar, con recepcionistas amables y atentos que suelen ser los mismos que te venden en el supermercado y atienden y cocinan en el bar-restaurante.
Nuestra visita a Granada empezó con la maravillosa y mágica Alhambra, no dejamos ni una piedra sin ver, bebimos mucha agua, tomamos helados, comimos los bocadillos que habíamos llevado (hay zonas habilitadas para ello) y disfrutamos a lo grande.
Alquilamos una audio-guía porque con peques no nos atrevíamos a contratar una visita guiada donde tengas que estar atendiendo y siguiendo a una persona, en nuestro caso acertamos. El recorrido está marcado y no hay pérdida. Nos llevó todo el día verla, acabamos agotados pero mereció la pena. Nosotros llevamos la furgoneta hasta el parking (no es barato) pero sentarnos tras un día sin apenas descansar fue liberador. Fuera hay una zona donde puedes pernoctar abonando la tarifa correspondiente, es una opción a tener en cuenta.


El día siguiente visitamos el Barrio del Albaicín, dónde a pesar de la temperatura, disfrutamos perdiéndonos por sus calles, refrescándonos en sus bares y comiendo a base de tapas que son increíbles. Como curiosidad, hay un local que su especialidad son unos caracoles en salsa especiada, con un personal que te hace sentir como en casa y dejan huella.
La gente es muy amable y hay un mirador con vistas a la Alhambra donde es obligado hacerse unas cuantas fotos.
Cerca hay un local en la ladera donde puedes tomarte una copa, refresco, cóctel, etc. y descansar, con unas vistas que merece la pena pagar un poco mas por la consumición.


También disfrutamos de un espectáculo flamenco, no somos de ese tipo de música ni bailes pero nos encantó, verlo en directo es distinto, se te ponen los pelos de punta!.
Cuando ya no andábamos sino que nos arrastrábamos, paramos en una terraza, tomamos unas consumiciones con su correspondiente tapa, unas raciones de pizza para las peques y nos fuimos a descansar con la promesa de volver en cuanto podamos.
Y hasta aquí nuestra estancia de dos días en Granada. Habrá segunda parte ampliando zonas.
Hasta la próxima!
Hoy os voy a contar nuestra corta pero intensa estancia en Granada a finales de Junio, pero con Sierra Nevada haciendo honor a su nombre, nevada!
Nos quedamos en el Camping Granada, a 10 minutos del centro en vehículo o con buenas comunicaciones en transporte público. El Camping es sencillo pero muy tranquilo y con unas vistas maravillosas de la Vega, la Ciudad y Sierra Nevada. La temperatura por la noche baja y se duerme muy bien.
Tiene una piscina muy limpia y el césped arreglado, es una gozada después de un día de turismo y calor. Las parcelas son amplias y están cuidadas, nosotros pudimos elegir entre las que quedaban libres. El parque infantil está bastante anticuado pero las peques lo pasaron bien porque para ellas era "novedoso". El supermercado vale para algo puntual, leche, aceite, sal, azúcar, etc. El pan hay que encargarlo el día anterior en recepción. El bar-restaurante está bien para tomar algo, nosotros fuimos a cenar un día y no es ninguna maravilla pero aplacamos el hambre tras un día agotador. Los baños estaban limpios, pero hay que tener en cuenta que el papel higiénico está en dos dispensadores, uno a la entrada y otro al final, si entras al baño sin papel, dentro no hay. La temperatura del agua de las duchas muy buena.
Es un Camping familiar, con recepcionistas amables y atentos que suelen ser los mismos que te venden en el supermercado y atienden y cocinan en el bar-restaurante.
Nuestra visita a Granada empezó con la maravillosa y mágica Alhambra, no dejamos ni una piedra sin ver, bebimos mucha agua, tomamos helados, comimos los bocadillos que habíamos llevado (hay zonas habilitadas para ello) y disfrutamos a lo grande.
Alquilamos una audio-guía porque con peques no nos atrevíamos a contratar una visita guiada donde tengas que estar atendiendo y siguiendo a una persona, en nuestro caso acertamos. El recorrido está marcado y no hay pérdida. Nos llevó todo el día verla, acabamos agotados pero mereció la pena. Nosotros llevamos la furgoneta hasta el parking (no es barato) pero sentarnos tras un día sin apenas descansar fue liberador. Fuera hay una zona donde puedes pernoctar abonando la tarifa correspondiente, es una opción a tener en cuenta.


El día siguiente visitamos el Barrio del Albaicín, dónde a pesar de la temperatura, disfrutamos perdiéndonos por sus calles, refrescándonos en sus bares y comiendo a base de tapas que son increíbles. Como curiosidad, hay un local que su especialidad son unos caracoles en salsa especiada, con un personal que te hace sentir como en casa y dejan huella.
La gente es muy amable y hay un mirador con vistas a la Alhambra donde es obligado hacerse unas cuantas fotos.
Cerca hay un local en la ladera donde puedes tomarte una copa, refresco, cóctel, etc. y descansar, con unas vistas que merece la pena pagar un poco mas por la consumición.


También disfrutamos de un espectáculo flamenco, no somos de ese tipo de música ni bailes pero nos encantó, verlo en directo es distinto, se te ponen los pelos de punta!.
Cuando ya no andábamos sino que nos arrastrábamos, paramos en una terraza, tomamos unas consumiciones con su correspondiente tapa, unas raciones de pizza para las peques y nos fuimos a descansar con la promesa de volver en cuanto podamos.
Y hasta aquí nuestra estancia de dos días en Granada. Habrá segunda parte ampliando zonas.
Hasta la próxima!





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